Apareció en la Muestra de Ilustradores de CLIJ del número 282.
En mi casa no faltaban colores, papeles ni buenos libros. Así que dibujar fue para mí cuestión de herencia, de ambiente y de destino.
Después de estudiar ilustración, llegó la crisis y renuncié al dibujo, me licencié en Historia del Arte y trabajé en una librería.
Pero el dibujo insistió en volver y retomé mis pinceles. Un grado de ilustración infantil fue la raíz de mi primer libro y desde entonces me dedico de lleno a la ilustración.
Mis primeros trabajos fueron libros de texto, haciendo ilustración científica, pero pronto me decanté por la ilustración infantil, donde me siento más libre.
He trabajado con diferentes editoriales como Crüilla, Ekaré, Publicacions Abadia de Montserrat, Edebé, Bayard… y soy colaborador en revistas infantiles como Cavall Fort, Namaka i El Petit Sàpiens.
En 2015 publiqué con Ekaré mi primer libro como autor e ilustrador, Nico y Pato.
Mi primer paso siempre es el lápiz y el papel, pero después nunca es fijo ni recto el camino. Uso tinta, acuarela, gouache, lápices de colores, acrílico o tableta digital. A veces una mezcla entre algunas o incluso todas. El medio digital ya es para mí un medio más (quizá el más habitual últimamente), pero no dejo nunca de servirme de técnicas más tradicionales.
Cada encargo es un mundo y un reto, un camino por descubrir.
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